viernes, 9 de diciembre de 2011

LA PUBERTAD Y LAS ENCIAS

¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE LAS ENCÍAS?
Conocida como enfermedad periodontal o vulgarmente "piorrea", es una infección crónica causada por bacterias de la placa dental, una película transparente y pegajosa que se adhiere constantemente alrededor de los dientes.

La enfermedad periodontal afecta a las estructuras que sujetan los dientes a la boca.

Al principio aparece la gingivitis no recibe tratamiento, en una de cada dos mujeres se transformará en una periodontitis con extensión al hueso que rodea al diente, que se destruye de forma irreversible.

Al final los dientes llegan a perderse.

Los síntomas de la gingivitis son el enrojecimiento y sangrado de la encía, espontáneamente ó con el cepillado.

Algunas veces estos síntomas puden pasar desapercibidos, sobre todo en fumadoras.

 Sin una higiene bucal eficaz, que incluya el cepillado y la limpieza entre los dientes con seda o con cepillos interdentales y visitas periódicas al dentista, corres el riesgo de contraer la enfermedad de la encía.

Es importante tener en cuenta que los cambios hormonales de la mujer pueden acelerar o desencadenar un problema de este tipo.

A continuación te presentamos algunas recomendaciones sobre situaciones que pueden surgir durante la pubertad, mestruación embarazo y menopausia.

 PUBERTAD

Durante la pubertad, el aumento de los niveles de hormonas femeninas produce un aumento de circulación sanguínea de la encía.

Por tanto, se tiende a hinchar y puede tener mayor tendencia a sangrar.

A medida que una joven madura en su desarrollo, la tendencia al sangrado disminuye pero si no se realizó una prevención adecuada, la encía puede quedar con daños permanentes.

La mejor manera de prevenir esta situación es el cuidado diario de los dientes y la visita regular a tu dentista ó periodoncista para que realice medidas preventivas periodontales y diagnótico precoz en caso de que aparecieran problemas más graves.

Cuando los espacios entre los dientes se le cierren, es importante empezar a usar el hilo dental.
 Dé usted el buen ejemplo; practique buenos hábitos de salud oral delante de sus hijos.
 Establezca para su familia visitas regulares al dentista para los chequeos, las evaluaciones periodontales y las limpiezas.
Examine la boca de su niño para determinar si hay signos de enfermedad periodontal, incluyendo sangrado, hinchazón, recesión, enrojecimiento de las encías, y mal aliento.
Si su niño tiene malos hábitos de salud oral actualmente, haga un esfuerzo para que cambie ahora. 

Es más fácil modificar estos hábitos en un niño que en un adulto.

Como su niño modela su comportamiento con el de usted, usted debe servir de ejemplo positivo con sus hábitos de higiene oral.
La sonrisa saludable, el buen aliento y los dientes fuertes contribuyen todos al sentido de la apariencia personal del joven, así como a su confianza y autoestima.
La caries y la enfermedad periodontal pueden aumentar durante la adolescencia por la falta de motivación en tener buenos hábitos de higiene oral.

Los niños que mantienen buenos hábitos de cuidado oral hasta los 13 años tienen más probabilidades de continuar cepillándose y usando la seda dental que los niños a quienes no se les enseñó el cuidado oral apropiado.
Cuando los jóvenes van pasando la pubertad, la tendencia de las encías a inflamarse como respuesta a los irritantes disminuye.

Sin embargo, es muy importante que durante la pubertad se siga un buen régimen de higiene oral en el hogar que incluya el cepillado y el uso habitual de la seda dental.

En algunos casos, un odontólogo puede recomendar terapia periodontal para ayudar a prevenir el daño a los tejidos y al hueso que rodean y soportan los dientes.



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